Mientras la deuda mundial rompe récords, las cooperativas de ahorro y crédito se consolidan como una alternativa real para impulsar la economía popular
Durante el segundo trimestre de 2025, la deuda global alcanzó los 337.7 billones de dólares, según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF). En un panorama donde los préstamos crecen más rápido que la riqueza, el modelo cooperativo ofrece una respuesta distinta: crédito con propósito social.
Las cooperativas de ahorro y crédito priorizan la inclusión financiera y el bienestar comunitario, atendiendo a quienes la banca tradicional deja fuera. Por ejemplo, en Colombia el 26% de la población económicamente activa participa en el sistema cooperativo. Más de 600 mil madres cabeza de familia acceden a crédito justo mediante 174 cooperativas del país sudamericano.
El modelo cooperativo se ha convertido así en una herramienta clave para combatir las barreras de acceso al crédito, ofreciendo tasas justas, educación financiera y acompañamiento permanente. En contraste con los sistemas tradicionales, el crédito cooperativo prioriza el bienestar social por encima del lucro.
En un mundo donde el endeudamiento global amenaza la estabilidad, las cooperativas financieras demuestran que otra economía es posible: una que construye comunidad, promueve inclusión y genera bienestar sostenible.
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