Decíamos ayer

Cooperativas, continuación de la vida natural

Así como los cuerpos celestes mantienen su maravilloso equilibrio por su constante combinación de fuerzas, dicen los astrónomos, desde hace 13 mil 600 o 15 mil millones de años, y así como se formó nuestro planeta tierra hace unos 4 mil 500 millones de años, y así como hace 4 mil millones de años se fueron combinando elementos químicos capaces de ser la cuna de vida biológica que apareció en células, hace unos 3 mil 500 años.

Así se fue desarrollando en cianobacterias hace 2 mil 500 y células Eucariotas mil 800 millones de años, y finalmente aparece la reproducción sexual hace 1125 millones de  años y se mantiene en el planeta Tierra por el admirable intercambio de energías entre flora y fauna, cuyas células se retroalimentan por homeostasis o equilibrio biológico, que podemos observar diariamente en fenómenos como la fotosíntesis o se multiplican por la polinización;  de la misma manera, cuando la razón humana equilibra el interés y el amor, combina conocimientos y energías para usar razonable y sabiamente los recursos naturales.

Por eso, cuando un grupo de personas formalizan sus relaciones económicas para lograr  un objetivo concreto, fundan una institución económica, que conocemos como empresa que, según el caso, son de producción o de consumo, de  bienes o de servicios y para facilitar su intercambio hemos inventado la moneda.

Así tenemos sistemas de minería, agricultura, ganadería y pesca y fábricas de transformación, transporte y mercado y almacenes. Pues bien, cuando la gente quiere la eficiencia, o sea el logro de su objetivo más seguro, más rápido y barato y unirlo con la dignidad y la justicia para tener el equilibrio, el orden y la paz, o, en otras palabras, la continuación del equilibrio, la vida y la armonía naturales,  ¡Formas cooperativas!  

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