A 73 años de CPM, ellos son nuestros fundadores

El movimiento cooperativo en México nació de la mano de grandes luchadores sociales, que dedicaron su vida a mejorar la calidad de vida de millones de mexicanos

Pedro Velázquez Hernández

( VALLE DE BRAVO,1912-CIUDAD DE MÉXICO,1968)

Consagró su vida a detonar la inclusión financiera — mucho antes de que este término se acuñara — como una estrategia real de desarrollo económico y en consecuencia, social. 

            Doctor en teología magna cum laude por la Universidad Gregoriana antes de cumplir los 30, Pedro Velázquez Hernández fue formado por grandes vanguardistas católicos. Acudió a la Escuela de Misiones del Trabajo, en Lille, Francia y tuvo influencia de figuras como Joseph Cardijn, pionero en los derechos laborales. Escribió más de una docena de libros pero, “Miseria de México, ¡Tierra Desconocida! (1946), una potente crítica de la realidad mexicana dotada de contundentes datos duros, fue la obra que lo colocó como un sociólogo destacado. 

 “Las obras sociales son educativas también, porque no se conforman con dar, sino que piden a sus socios, piden tiempo, sacrificio, dinero; y puesto que deben estar regidas por los mismos socios estos se forman en la responsabilidad”

            Luego de años de estudio en Europa, Pedro Velázquez Hernández vuelve a México y en 1948, a los 37 años, es nombrado director del Secretariado Social Mexicano (SSM), una institución que promovía la doctrina social de la iglesia católica. Desde esa posición materializa su idea de estudiar el cooperativismo canadiense. 

            Entre 1949 y 1951, envía a los jóvenes sacerdotes Carlos Talavera y Manuel Velázquez a aprender del modelo cooperativo que se gestaba en Antigonish, Nueva Escocia, Canadá. De este viaje nacen las cajas populares en México y con ellas una innovadora respuesta social a la severa exclusión financiera que padecen aún millones de personas en el país.

Manuel Velázquez Hernández

( VALLE DE BRAVO, MÉXICO/ 1922-2020)

Las ideas de Manuel Velázquez Hernández, considerado uno de los fundadores de las cajas populares en México, modificaron el sistema financiero del país pero, principalmente, la vida de millones de mexicanos excluidos social y económicamente. 

Sacerdote perteneciente a la acción social de la Iglesia Católica y maestro en sociología por la Universidad Católica de Washington, inscribe su nombre en la historia del cooperativismo al comprender con muchos años de antelación que la inclusión financiera provocaba un cambio positivo en la vida de las personas y sus comunidades. 

Entre 1950 y 1951, con 28 años de edad, viaja al extremo este de Canadá en Antigonish, y estudia sobre el modelo cooperativo. Se interesa por las caisses populaires (cajas populares), adapta y replica junto a otros la idea en México. 

Hoy más de ocho millones de mexicanos son socios de alguna de las cajas populares autorizadas que contribuyen a reducir las aún marcadas brechas sociales y económicas. 

La Cámara de Diputados le entregó en Sesión Solemne la Medalla al Mérito Cooperativista y la Economía en 2013. Desde la máxima tribuna del país Manuel Velázquez Hernández declaró: 

El héroe de esta historia ha sido el pueblo pobre que captó la idea”. 

Manuel Velázquez Hernández escribió los primeros estatutos de las cajas populares, un texto al que llamarían ‘el Folleto Amarillo’ y, entre los libros que sí firmó, -pues decidió no reclamar autoría de gran parte de su legado escrito-, y que son un gran referente obligado para comprender la raíz de las cooperativas de ahorro y préstamo se encuentran “Las cajas populares y la utopía del Padre Velázquez” y “Pedro Velázquez, apóstol de la justicia”.

Florencio Eguía Villaseñor

(MICHOACÁN 1922-SAN LUIS POTOSÍ 2019)

El profesor Florencio Eguía Villaseñor dedicó su vida a la difusión del cooperativismo en México, lo que lo convirtió en asesor moral y ético de Caja Popular Mexicana, luego de su fallecimiento el pasado sábado 9 de marzo,  deja un legado tangible en lo que son hoy las cajas populares en el país.

Eguía Villaseñor, fue director durante 18 años de la edición México Nuevo (1954 a 1972), periódico oficial del movimiento cooperativo mexicano, fue ahí donde comenzó la construcción de un basto legado literario sobre el cooperativismo, fundamental para entender el devenir histórico de estas organizaciones en el país.

Se desempeñó como Presidente del Consejo Central de Cajas Populares, de 1958 a 1964 y Gerente de la Confederación Mexicana de Cajas Populares, de 1964 a 1988, entre otros importantes cargos.

“Siempre tendrá relevancia la palabra escrita, a mi me ha tocado ese papel fortuitamente, alguien tenía que hacerlo y me puse a hacerlo yo, la verdad es que así soy escritor”, era como en sus propias palabras el profesor Florencio entendía su protagonismo en el cooperativismo del país.

Caja Popular Mexicana se enorgulleció de contar durante más de 66 años con la asesoría y contribución del profesor Florencio Eguía, en diversos proyectos institucionales y en ideas que quedaron plasmadas en 22 libros editados por la cooperativa.

Fue tanta su pasión, amor y dedicación por el cooperativismo que como muchos precursores de la década de los 50 y 60, viajó por casi todo el país, durante semanas en autobús por todo México, promoviendo de manera altruista, voluntaria y desinteresadamente a las cajas populares.

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