Las cooperativas financieras son clave para sus comunidades, apoyando familias y negocios con un modelo basado en la solidaridad. Sin embargo, a menudo enfrentan reglas pensadas para otros modelos financieros, lo que limita su potencial. Carlos Andrés Mansilla, representante de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), plantea una solución: normas que celebren su diferencia. “Nosotros distribuimos los recursos de otra manera, con lo cual somos diferentes”, afirma, destacando un modelo que reinvierte en socios y proyectos locales.

Este enfoque solidario ofrece créditos accesibles, apoya emprendedores y fortalece economías locales, pero necesita flexibilidad para prosperar. Reglas uniformes, aunque prácticas, no siempre son las más adecuadas. “Es más fácil una ley para todos y se terminó”, reconoce Mansilla, pero añade que un marco adaptado permitiría a las cooperativas brillar sin comprometer su misión.
Países como Francia muestran el camino, el 30% de las familias confía en una cooperativa o mutual con regulaciones adecuadas, estas instituciones manejan servicios financieros clave, desde ahorros hasta préstamos, con un enfoque humano.

El cambio comienza con la colaboración. “La única manera es juntarnos y hacer bien las cosas”, insiste Mansilla. Un diálogo constructivo entre cooperativas y reguladores puede crear normas que no solo beneficien al cooperativismo, sino que enriquezcan el sistema financiero, ofreciendo a todos opciones más equitativas y sostenibles.
